domingo, 25 de noviembre de 2007

La Champios se paga

No fue suficiente el primer varapalo en Highbury para que el Sevilla de Del Nido se diera cuenta que la Champions League no es ese torneo que había ganado en dos ocasiones, la copa de... diossss, lo tengo en la punta de la lengua, ah sí de Ferias creo. No, siguieron fanfarroneando y riéndose de la turbulenta realidad que afecta a sus vecinos béticos.

Pues bien, el partido de ayer contra el Mallorca de Jonás y compañía demostró esta tendecia hacia la autodestrucción que ha empezado el conjunto de Nervión. Se observa en las últimas semanas que Navas vuelve a echar de menos a su familia y a su perro, que Palop ya ha superado sus minutos de gloria y se asemeja cada vez mas a su maestro Cañete, que Kanoúté debió irse cuando tuvo la oportunidad a su amada Inglaterra y que Alvés ya no es ni la sombra de lo que fue, el mejor lateral del mundo. Keita por otro lado, mezcla grandes actuaciones con partidos insulsos y Poulsen ya no llega a cerrar donde antes cerraba.

Se puede culpar a Juande Ramos, un tipo inteligente, o la maldita muerte que llegó con la guadaña a llevarse la zurda de diamantes, pero la causa del declive es la Champions, si no preguntenle a Celta, Real Sociedad o Betis, todos relacionados con el descenso a Segunda.

Ayer el Sevilla no arroyó al rival, empezó suavecito hasta que en el minuto 16 (ya es casualidad) Ibagaza le brindó el gol a Antonio Puerta, tras buena jugada de Jonás. Este Mallorca está repleto de grandísimos peloteros.
Mas aún lo mejor estaba por llegar, como no podía ser de otra manera de la mano de un ex-betico y antisevillista de corazón, el gran Varela. Y digo gran porque está demostrando lo grandísimo jugador que es, y que no pudo demostrar en un Betis empeñado en situarle de lateral y cortar su visceral obsesión por el ataque. Varela se soltó otro de sus famos latigazos y parece empeñado en complear con sus goles la lista de mejores del año.

Así se llegó al descanso, con un Sevilla hundido y un Mallorca seguro de sí mismo. Jimenez miró al banquillo y se le ocurrió tirar de ese denostado Chevantón al que no le dieron ficha. Salió y demostró lo buen jugador que es, dándole una gran asistencia al nostálgico Kanouté, de largo el mejor sevillista.

Tras acortar distancias el Mallorca cerró filas y pudo sentenciar ante un Sevilla incapa de batir de nuevo la porteria mallorquina. Manzano es un tipo muy listo y mató el partido.

Ya son 7 derrotas en liga, y se convierte en una utopía luchar por los objetivos del curso anterior, más realista es este objetivo: luchar por la permanencia con sus vecinos amados. Ustedes dirán que es pronto para afirmar eso, yo afirmo que el tiempo lo dirá pero que la decadencia es evidente.

Y esta semana vuelven Cesc y compañía, dudo que Del Nido continúe con el mensaje ese de "lo mejor está por venir".

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